Por mucho que el coronavirus haya cambiado los gustos de los usuarios en materia inmobiliaria, lo cierto es que el anunciado éxodo que la pandemia podría provocar desde la ciudad al campo no se va a producir. Al menos, no es las dimensiones ni en los tiempos esperados. No ocurrirá principalmente por varios motivos: la limitación de muchas profesiones al teletrabajo, los precios, la escasez de oferta, y -en algunos casos- el reducido acceso de las telecomunicaciones.
“Es cierto que se ha producido un pequeño aumento por el interés de casas que tenían jardín o terraza, pero la demanda es muy baja. Una cosa son las búsquedas que se realizan a través de internet y otra cosa la demanda real y las operaciones que puedan llegar a ejecutarse. Las consultas que se traducen en ventas son muy pocas”, dice Nora García, presidenta de la Federación Nacional de Agencias Inmobiliarias (FAI) a este periódico.
Desde la FAI explican que las viviendas que ahora despiertan más interés entre los potenciales compradores son adosados con jardín y viviendas exteriores con más espacio y luz natural. Es decir, son -por lo general- inmuebles más caros que la media, lo que supone la primera zancadilla en el esperado éxodo de la ciudad al campo. Además, hay poco oferta residencial de este tipo. Por lo general, la oferta de chalets vacacionales de interior es muy escasa, ya que los propietarios de este tipo de vivienda las utilizan como segunda residencia. No las sacan al mercado.
El experto inmobiliario Eduardo Molet también cree que el interés por este tipo de viviendas será efímero. Desaparecerá después de la pandemia. “La demanda se explica por el agobio que las familias han sufrido durante los meses de confinamiento. Muchas personas han estado encerradas en pisos pequeños y no quieren volver a pasar por ello. En mi opinión, puede ser que después de unas unas semanas se olviden del cambio”, dice.
No obstante, Molet reconoce que las consultas por este tipo de inmuebles se han incrementado tras la crisis sanitaria. Los usuarios buscan pisos bajos o áticos con jardín alejados del centro de las ciudades y de las zonas de ocio, comercio y servicios o viviendas ubicadas en el campo y en ciudades dormitorio. El perfil medio de los demandantes es el de parejas jóvenes con hijos.
La estabilidad laboral
La desconcentración urbana en España va a depender de la estabilidad que se tenga en el empleo, dice Lola Ripollés, profesora de EAE Business School a OKDIARIO. «Si te compras una casa lejos del centro urbano porque en un momento concreto se está teletrabajando debes tener cierta estabilidad laboral para no pasarte luego mucho tiempo en transporte si tienes que volver al centro. Sin embargo, parece que este no será el caso porque el teletrabajo ha llegado para quedarse. Quizá el empleado tenga que ir un día a la semana a la empresa, pero no volverán los patrones del viaje diario».
En contra de lo que creen otras expertos, Ripollés sostiene que a partir de ahora toda la actividad va a ser mucho más local, ya que la alternativa rural puede haber llegado para quedarse. «Las búsquedas de fincas rústicas de enero a abril se han incrementado en un 46% en el portal Fotocasa; los chalés, un 36% y las casas adosadas, un 24%. La inmobiliarias cuentan incrementos de las búsquedas en las provincias limítrofes a Madrid: 100% en el caso de Guadalajara y 240% en Segovia», dice.
Fuente y artículo completo: OKDIARIO https://okdiario.com/economia/inmobiliarias-descartan-exodo-ciudad-campo-coronavirus-5736623